Las paredes de exterior sufren mayor desgaste y esfuerzo que las paredes de interior: acumulan más suciedad, sufren el desgaste solar, la lluvia y la transpiración de los muros en las dos direcciones, de interior exterior por condensaciones, y de exterior a interior por capilaridad, por lo que la preparación superficial debe ser muy rigurosa.

Cada caso debe ser analizado por separado, ya que no será lo mismo obra nueva, que rehabilitación, y en este último caso, las patologías y desgaste que sufra el paramento pueden determinar diferentes procesos de actuación, por lo que se aconseja consultar el proceso de preparación superficial más adecuado en cada caso con nuestro Departamento Técnico.

No, las pinturas en general no están consideradas materiales de construcción, y se consideran por tanto elementos decorativos de carácter no permanente, cuyas eliminación no supone un riesgo significativo en las prestaciones de seguridad  de la estructura del edificio.

Sin embargo, aquellos revestimientos en lo que se indique que poseen prestaciones “anticarbonatación” y que por tanto protegen el hormigón frente a esta patología, sí que tienen cualidades que pueden afectar a las prestaciones de la estructura, por lo que están obligadas a disponer del mencionado Marcado CE.

Ambos revestimientos pertenecen a las denominadas pinturas de emulsión, y básicamente se diferencian principalmente en la naturaleza de estas emulsiones o polímeros en dispersión acuosa.

A pesar que la mayoría de emulsiones utilizadas actualmente en la fabricación de pinturas plásticas tiene naturaleza acrílica, existen muchos derivados que modifican sensiblemente sus características, es el caso de las emulsiones elásticas, caracterizadas por tener una mayor elasticidad, son más impermeables al agua, y por el contrario tienen un mayor coeficiente de ensuciamiento.

Por tanto si prima la impermeabilización a la transpirabilidad en ambientes muy húmedos, o si existen muchas microfisuras en el sustrato que debemos proteger, es conveniente el uso de un revestimiento elástico frente a otro convencional, pues sellará de una forma más eficaz los defectos del sustrato.

Si existe posibilidad de filtraciones desde el interior, estos revestimientos no permitirán la salida del agua hacia el exterior, y al ser muy elásticos pueden generarse embolsamientos de agua en forma de globo.

Para la elección con mayor seguridad del revestimiento adecuado, recomendamos asesorarse previamente con nuestro personal técnico experimentado.

Todos los fabricantes reflejan en sus documentos “Fichas Técnicas” e incluso en las litografías de sus envases, los rendimientos teóricos de aplicación de cada una de sus pinturas, expresadas en m2 por litro, o m2 por kilo, según el formato del envase.

Estas indicaciones de aplicación son a titulo orientativo de lo que su departamento técnico considera como un rendimiento óptimo de aplicación para satisfacer todas las prestaciones representadas en dicho documento.

Es por tanto muy importante medir correctamente y lo más aproximadamente posible, la superficie que debemos proteger, para conocer de esta forma en función del total de m2, la cantidad de material que debemos utilizar.

No es indicativo por tanto el número de manos aplicadas, ni por supuesto las horas empleadas en ello, pues cada aplicador puede utilizar un nivel de dilución adecuado, y depositar diferente micraje de película seca, o espesor de pintura en cada mano aplicada, de forma que un aplicador puede dejar 120 micras de espesor en dos manos, y otro aplicador que diluya al máximo la pintura, puede depositar 80 micras secas de espesor en tres manos, lo importante por tanto será conocer cuanta pintura se ha utilizado en el total de m2, de forma que podamos verificar si el rendimiento indicado se aproxima al aconsejado por el fabricante en la ficha técnica del producto.

Por otra parte también debemos tener en cuenta la morfología o textura del soporte, así cuando éste es rugoso o rústico, es necesario tener en cuenta que la superficie a cubrir es sensiblemente mayor por metro cuadrado que en los soportes lisos y finos, por lo que debemos multiplicar por el factor (X1,5) el consumo de pintura por metro cuadrado para obtener la misma protección. En los soportes rústicos o proyectados , todavía más irregulares, debemos multiplicar por 2 el consumo de pintura por metro cuadrado para obtener el mismo grado de protección.

En la actualidad la industria de los pigmentos permite obtener la mayoría de los colores posibles con garantías de exterior, si bien los pigmentos inorgánicos o minerales, como los óxidos de hierro, son los que mejores prestaciones y durabilidad ofrecen en un revestimiento de fachadas.

Existen por tanto pigmentos inorgánicos rojos , amarillos, azules y verdes cuya resistencia a la luz y ala intemperie ha sido contrastada en laboratorio y ofrecen buenas durabilidades al exterior, sin embargo, son pigmentos más sensibles al desgaste por la radiación UV, por lo que con el paso del tiempo, las diferencias existentes entre zonas más expuestas al sol, y otras zonas de más sombría y menor desgaste, se verán acentuadas, no ofreciendo por tanto las mismas prestaciones que los ocres, cremas rojo óxidos, etc, de naturaleza mineral.

Por otra parte el costo de los pigmentos será determinante en el precio de la pintura final, y los pigmentos inorgánicos de colores vivos con resistencia al exterior son muy caros, por lo que debemos huir de revestimientos de fachadas con colores vivos a precios bajos, ya que podemos tener a corto plazo una decoloración muy pronunciada, debido a la utilización de pigmentos sin resistencia al exterior de considerable menor costo que los anteriormente citados.

Nunca, este tipo de patología requiere de una preparación superficial específica.

Los mohos o verdines son plantas, y como tales disponen de raíces, tallo y hojas, es necesario por tanto eliminar esta vegetación del sustrato para poder asegurar un buen anclaje de la pintura al soporte.

En primer lugar y tomando las medidas de seguridad adecuadas (guantes y gafas de seguridad), debemos eliminar la parte visible del moho con la ayuda de un estropajo y lejía, de forma que erosionemos la parte superficial del sustrato y a la vez eliminemos su parte externa. Posteriormente con la ayuda de TKROM Limpiador reforzante, aplicaremos sobre la superficie afectada dejando actuar durante 24 horas, de forma que las raíces de la planta mueran , evitando que vuelva a crecer y desarrollarse.

Por último al morir, las raíces del moho deja cavidades internas vacias, que si son muy profundas, pueden llegar incluso a mantener partes con vida, por lo que usaremos TKROM Imprimación selladora Saneadora, con un elevado poder de penetración, para rellenar estas cavidades y terminar de eliminar las posibles raíces que hayan quedado con vida tras el primer tratamiento.

Una vez realizado este tratamiento superficial, ya podemos aplicar un revestimiento de fachadas, siendo aconsejable utilizar una calidad que contenga un aporte de conservante antimoho, que reduzca aún más su aparición.

De esta forma nos aseguraremos que los mohos no crezcan de nuevo de las colonias existentes anteriormente, minimizando su aparición, o alargando considerablemente el tiempo de su reaparición, ya que si estos seres vivos se han desarrollado en ese soporte, es porque existen unas condiciones de luz y humedad constante que favorecen su desarrollo, por lo que si no se modifican estas condiciones, eliminando los focos de humedad principalmente, es muy probable que vuelvan a aparecer y desarrollarse.